Es muy bueno hacer propósitos. Alguna alguien dijo: "Si tienes el porqué, tienes el cómo". Algo que te puede ayudar a cumplir tus propósito de año nuevo es contárselos a alguien que te "eche porras"... a un amigo o amiga que te anime y que te pregunte cada mes o cada quince días cómo vas con tus propósitos y que ore para que Dios te dé constancia. Tú puedes hacer lo mismo por alguien.
Para que nuestros propósitos no se esfumen deben tener las siguientes características:
- Prácticos: no vagos ni teóricos
- Realizables: no imposibles para mí.
- Oportunos: adecuados a mi necesidad.
- Teocéntricos: para Dios o por Dios.
- Integrados: como consecuencia de mis convicciones e ideales.
- Motivados: “Esto es útil, necesario, agradable, fácil”.
- Enunciados: como slogans o máximas fáciles de recordar y estimulantes.
En la Convivencia con Cristo aprendemos cómo hacer propósitos concretos y recibimos motivación y fuerza para realizarlos ¡si quieres enterarte más anímate a vivirla!