17 de abril de 2013

¿Por qué la gente cae al suelo cuando recibe el descanso en el Espíritu?

En principio se pueden recibir gracias espirituales en el alma sin necesidad de caer al suelo y sin sentir nada. Pero es Dios el que hace caer hacia atrás, es decir, no se trata de una especie de sugestión por la cual uno se autoconvence de que tiene que caer. Los que hayan experimentado el descanso en el Espíritu saben cuán fuerte y claro se siente a veces el empujón.


Y si es Dios quien empuja, ¿por qué quiere que caigamos al suelo? La razón está en que Dios quiere mostrar un signo visible, palpable, que el Espíritu Santo está allí. Allí donde la gente cae al suelo tras invocarle, allí está la manifestación de que su Espíritu está entre esos cristianos reunidos.

El acto de caer simboliza también que Dios derriba al hombre viejo, que lo tumba, que lo hace caer como a San Pablo, para que después el individuo que se alze lo haga como un hombre renovado. Otro sentido que podemos encontrar en el caer, es que es un arrojarse a los brazos de nuestro Padre Dios. Es arrojarnos en Él, sabiendo que nos recojerá. Es cierto que para recibir una gracia no es necesario sentir nada. Pero será muy difícil que si la gracia que viene al alma es muy intensa, no se sienta nada. Las gracias que llevan al amor, al arrepentimiento, al agradecimiento, cuando son muy intensas hacen llorar a la persona, la cual las siente con el alma completamente estremecida.

P. José Antonio Fortea
Extracto del libro Un Dios misterioso