5 de septiembre de 2013

Es nuestro deber darte gracias siempre y en todo lugar


En estos días de lluvia, marchas y mucho tránsito, Dios nos llena de bendiciones por medio de cosas disfrazadas que para nosotros pudieran ser una tormenta, y sólo es agua fresca que cae del cielo; por qué no mejor dar le gracias y alabarlo por todas las cosas. Él siempre nos llena de su Espíritu Santo para combatir cualquier adversidad.


Y es que en nuestra reunión pasada del taller Vertical impartido en San Lunes, recordamos algo que repetimos en misa: "Es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar", esto es en cada momento de nuestro día a día dejar de tenerlo como teoría y comenzar a practicarlo.

Aprendimos que la Renovación Carismática se puede sintetizar en 2 verbosexperimentar el impacto de lo divino y contagiar irradiando en los demás, el fuego que nos da el Espíritu Santo. La Renovación Carismática es entonces: una corriente de gracia, no un movimiento, ya que no tiene fundadores. Y cuando el Espíritu Santo está en nosotros producimos frutos distintos, como "el árbol de la vida" Ap 22 1-2


Lo que nos mantiene unidos a las diversas comunidades, congregaciones religiosas, escuelas de evangelización, ministerios, etc., es una experiencia de Dios, es decir, el Bautismo en el EspírituUna nota importante: el bautismo en el Espíritu, no es el bautismo sacramental; ya lo dijo Juan Bautista: "Yo, en verdad, los bautizo con agua; pero viene uno que los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego." Lc 3, 16

El Papa Pablo VI definió la oración carismática como: "una oración comunitaria donde cada uno expresándose libremente, ayuda, sostiene y alimenta la oración de los demás". Entonces "no somos una pila recargable, sino que somos fuente de poder" para los demás. 

Podemos pues, sonreír en cada momento en un  acto de la voluntad y servicio para nuestros hermanos. Movámonos no por espontaneidad sino por docilidad al Espíritu Santo, y secundemos libremente las gracias que nos da.

"Levanten la voz para alabarlo todo lo que puedan, y no será bastante; glorifíquenlo con fuerzas siempre nuevas, y no se cansen, pues nunca llegarán al término."  Eclesiástico 43, 30.