20 de enero de 2008

Abriendo camino en Panamá


"Cuando soy más débil, entonces soy más fuerte" (2 Corintios 12, 10)

Panamá es un país donde los sueños de algunos se realizan: en la época de la colonia el emperador de España soñó con construr un canal luego de que Vasco Nuñez de Balboa descubriera lo corto que era el camino entre la costa del Caribe y el Oceáno Pacífico. Los franceses soñaron lo mismo en plena época industrial y los estadounidenses -motivados por las oportunidades de negocio y mejor organizados- fueron los que realizaron el sueño del que depende en gran parte la economía de este pequeño pero riquísimo país.

Las Convivencias con Dios nacieron también de un sueño y también del sueño de "fecundar la Iglesia y el mundo con la mística" surgió el anhelo de que nuestro mensaje se expandiera desde Sudamérica hasta Norteamérica, de la misma forma que el fuego y la luz de una lámpara de aceite (como las que existían en tiempos de Jesús) surgen de un pequeño depósito de barro. Ese sueño se ha realizado ya en México y en Estados Unidos y está por realizarse en Centroamérica.

Fuimos movidos por el Espíritu a una aventura, movidos por el sueño. Si el dinero fue capaz de abrir el grandioso Canal ¿Qué no hará la debilidad que confía en el poder de Dios? Parece una empresa difícil -casi una locura- pero el Señor puso en nuestro camino a personas sencillas, llenas de fe y abiertas a las sorpresas del Espíritu. Dios tiene la habilidad y pide nuestra disponibilidad. Dios pone la pintura y los lienzos y sabrá hacer una obra de arte sobre los esbozos que fuimos a trazar 3 mexicanos y 2 argentinos: Elsy, Gaby, el P. Fernando Peretti, Claudia y yo.

El Señor pague a todos los que estuvieron intercediendo por nosotros y por el éxito de esta 1a Convivencia y que la Rúaj nos siga llevando hasta donde tenga planeado.