21 de noviembre de 2007

Carisma de profecía y puntería profética


Los carismáticos nos solemos mover entre varios extremos: el miedo a ejercitar los carismas y el exhibicionismo, la ignorancia (no conocemos bien acerca de los carismas) y la arrogancia (sólo nosotros sabemos de carismas), la verdadera manifestación de los carismas y la burda imitación. Los carismas proféticos son los que se ven más proclives a estos extremos.


RENOVACIÓN PROFÉTICA. San Pablo nos enseña a anhelar la profecía (1 Corintios 14, 1). Desde que recibimos el avivamiento de la unción en el año 2001 fuimos conducidos poco a poco a la Comunidad de Convivencias. Estábamos viviendo una efusión del Espíritu con la abundancia de carismas que describe el P. Alberto Ibañez, S.J. en el tomo III de su obra "Lenguas" (risa en el Espíritu, danza en el Espíritu, correr en el Espíritu, descanso en el Espíritu, etc.), así que el PA fue nuestro "maestro virtual" para movernos en esta nueva unción. De los carismas que vimos renovarse fue precisamente la gama de los carismas proféticos, tales como profecía, interpretación de lenguas, palabra de conocimiento palabras de sabiduría. Además de los escritos del P. Alberto, teníamos a la mano los escritos de John Wimber y su sabiduría práctica al usar los carismas del Espíritu. Muchos de la Iglesia de la Viña -fundada por Wimber- dicen que los carismáticos debemos aprender a ser "naturalmente sobrenaturales".

Los dones proféticos y el carisma de lenguas se han convertido en algo común en nuestras reuniones, tan común que hasta espanta la naturalidad con la que los vemos, gracias a las enseñanzas de estos 2 grandes maestros: el PA y John. En la Convivencia con María se enseña todo sobre la profecía: cómo secundarla y discernirla.

Y para los que no sean carismáticos quiero aclararles que no estoy hablando de predicciones del futuro o adivinación sino de lo que dice San Pablo en su 1a Carta a los Corintios: "En cambio, el que profetiza habla a los hombres para edificarlos, exhortarlos y reconfortarlos." (14, 3). Así de sencilla es la profecía que practicamos en nuestras reuniones.

¿Y cuál es la diferencia con las simples palabras de ánimo o de aliento que cualquiera puede decir? Creo que 2: la unción y la resonancia en la comunidad. En nuestro grupo de oración animamos a las personas a decir palabras que crean estar recibiendo de parte de Dios, que estén experimentando esa unción que acompaña a la profecía, después la comunidad en oración confirma o rechaza esa palabra (no a la persona). La forma práctica es preguntar si alguien confirma lo que el otro dijo, ya sea como mensaje en castellano o por medio de la interpretación de lenguas, algunas veces nadie dice nada, ese silencio elocuente es un signo sencillo de que esas palabras no vinieron de Dios, en cambio otras veces, muchas personas dicen "yo confirmo", "yo sentí lo mismo", "acabo de abrir la Biblia y el pasaje confirma lo dicho en profecía". Todo este proceso se da en un gran ambiente de paz y muy relajado (nunca he visto que los que profetizan cambien la voz o asuman "poses" de profeta).

PUNTERÍA PROFÉTICA Y RIDÍCULO PROFÉTICO. Estamos abiertos a que nos falle la profecía; los carismas no funcionan "ex opere operato" como los sacramentos, por eso se requiere el discernimiento. Muchas veces me ha fallado la "puntería profética". Recuerdo una ocasión en la que dí una palabra de conocimiento a una chica por la que oré, era tan exacta que ambos nos asombramos y le dimos gloria a Dios, así me ha ocurrido varias veces. Otras veces en cambio he dicho cosas como "palabras de conocimiento" que nunca recibieron confirmación; uno se siente avergonzado -pero uno tiene que arriesgarse a pasar "ridículos proféticos" de vez en cuando- es un gran experiencia que lo pone a uno en "su lugar" y nos pone los pies en la tierra. Por medio de esos ridículos proféticos y fallas en la puntería el Señor nos ha enseñado la prudencia profética.

PRUDENCIA PROFÉTICA. "Dios dice", "Dios me ha dado una palabra para ti", "La Virgen dice que hagas tal o cual cosa", este tipo de frases suelen espantar a los que van por primera vez a los grupos de oración, se supone que esas personas se deberían de asombrar, caer de rodillas, arrepentirse de sus pecados y unirse a nosotros, pero ocurre lo contrario ¿y qué tal si es un sacerdote el que nos mira diciendo nuestras "frases proféticas" en una perfecta "pose profética" (ojos en blanco, cambio de voz y caída al final)? Luego por qué dicen que los carismáticos estamos medio chiflados... San Pablo nos enseña que "Los que tienen el don de profecía debe ser capaces de controlar su inspiración, porque Dios quiere la paz y no el desorden." (1 Corintios 14, 32-33) Creo que más claro no se puede ser. Así que el que profetiza puede resistirse a hacer cosas raras. En nuestro grupo de oración y en nuestras Convivencias animanos a los que han recibido un mensaje para otro a decir "tengo la impresión de que" o "me parece que el Señor pide o quiere tal o cual cosa". El lunes pasado un jóven recibió una interpretación de un mensaje en lenguas y lo dijo bastante relajado y tranquilo cuando terminamos de orar y luego ¡Todos confirmamos!

Quisiera contarles algo que me pasó la semana pasada con esto de la puntería profética. Asistí a una reunión de servidores de la Renovación Carismática de mi diócesis, preparando el Encuentro de celebración de los 40 años. Antes de la organización tuvimos una poderosa adoración al Señor presente en el Santísimo Sacramento, la presencia de Dios era tangible. Entonces "tuve la impresión" de estar recibiendo una palabra profética, saqué mi palm y la anoté en el block de notas. Se la mostré a la chica que dirigía la reunión y me dijo "está buenísima" y le pregunte: "¿Con quien pasó a que la miren y me digan si es de Dios o es porque no desayuné?" "Con el P. Pablo" -me dijo- así que subí al segundo piso donde el P. Pablo estaba esperando que comenzara la reunión y le dije muy tranquilo pero inocentemente: "Padre, creo que recibí una profecía", el sacerdote hizo una cara de extrañeza y abrió sus ojos como 2 grandes platos, entonces supe que una vez más estaba haciendo el ridículo profético, después supe que el Padre Pablo nunca había visto algo así (me refiero a mí), apenas lleva unos meses acompañando a la Renovación Carismática... Creo que el Padre Pablo debe pensar que un loco se coló a la reunión aquel sábado.

¿ALGUIEN TIENE HISTORIAS SIMILARES PARA COMPARTIR?

FORMACIÓN PROFÉTICA. Por si quieren activar, reactivar o profundizar en el carisma de profecía les recomiendo los siguientes libros:

- P. ALIRIO JOSÉ PEDRINI. Aprenda a participar en grupos carismáticos. Ed. San Pablo. Bogotá, 1996.
- P. ALBERTO IBAÑEZ, S.J. Lenguas III. Para crecimiento personal. Ed. Convivencias con Dios, Buenos Aires, 2007.
- P. ROBERT DEGRANDIS, SSJ. Palabra de conocimiento. Ed. Asociación María Santificadora. Bogotá, 1999.

Autor: Carlos Alberto Jardón